jueves, 6 de agosto de 2009

EL PÚBLICO Y MARCEL DUCHAMP...



Marcel Duchamp (1887-1968), representa la luz guía de todo el arte contemporáneo desde los años cincuenta hasta hoy. Se le puede pues comparar con Fidias, Miguel Ángel o Picasso, de los pocos elegidos en el olimpo supremo de la historia del arte. Él hace converger movimientos y actitudes tan dispares como el pop, el arte conceptual, el arte óptico, el body art, el apropiacionismo, el arte de género, las instalaciones, etc... Mezclo durante una buena parte de su vida un espiritualismo basado en la teosofía y la literatura alquimista, tachado por algunos de vanguardista de la vieja sabiduría esotérica, con un interés por la geometría n-dimensional, y con una profunda preocupación por la representación de lo invisible. Duchamp desconfió siempre de la complacencia retiniana que parecía inherente a la pintura, incluyendo a la tradición vanguardista que iba desde el impresionismo al fauvismo. Decidió retirarse de la escena artística y dedicarse a dar conferencias, cosa que muchos críticos que nunca crearon nada, nunca le perdonarían. Siempre le preocupó la participación creadora del público en la obra artística, declaró:
"El artista no es el único que realiza el acto de la creación, puesto que el espectador establece el contacto de la obra con el mundo exterior descifrando e interpretando sus cualidades profundas, y de este modo añade su propia aportación al proceso creativo".
G. Apollinaire remarcó su pintura "esotérica o incluso abstrusa", pero también: "el reconciliar el arte con el pueblo". [G. Apollinaire, Los pintores cubistas, 1913]. Mientras Andre Breton dijo de él: "Hoy, la originalidad va estrechamente unida a la rareza. En este sentido, la actitud de Duchamp, el único que es del todo intransigente, sean cuales fueren las cautelas humana con que lo disfraza, siguen siendo, para los poetas y para los pintores más conscientes que se acercan a él, un motivo de confusión y de envidia". [A. Breton, El surrealismo y la pintura, 1966].
Otro día hablaré de su obra que más me gusta: Étant donnés: 1º la chute de l`eau 2º le gaz d`eclairage (Dados: 1º la cascada 2º el gas del alumbrado, 1946-1966).

miércoles, 5 de agosto de 2009

ENTRE DIOSES Y HOMBRES: AQUILES

La trama de la Ilíada se puede sintetizar en estos versos de Homero:
"Así habló (Aquiles), y la aflicción invadió al Pélida, y su corazón
dentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisiones:
o desenvainar la aguda espada que pendía a lo largo del muslo
y hacer levantarse a los demás y despojar él al Atrida (Agamenón),
o apaciguar su cólera y contener su furor.
Mientras resolvía estas dudas en la mente y en el ánimo
y sacaba de la vaina la gran espada, llegó Atenea del cielo;
por delante la había enviado Hera, la diosa de los blancos brazos,
que en su ánimo amaba y se cuidaba de ambos por igual.
Se detuvo detrás y cogió de la rubia cabellera al Pélida,
a él solo apareciéndose. De los demás nadie la veía.
Quedó estupefacto Aquiles, giró y al punto reconoció
a Palas Atenea; terribles sus dos ojos refulgían.
Y dirigiéndose a ella, pronunció estas aladas palabras:
<<¿A qué vienes ahora, vástago de Zeus, portador de la égida?
¿Acaso a ver el ultraje del Atrida Agamenón?
Más te voy a decir algo, y eso espero que se cumplirá:
por sus agravios pronto va a perder la vida.>>
Díjole, a su vez, Atenea, la ojizarca diosa:
(...) Ea, cesa la disputa y no desenvaines la espada con tu brazo.
Mas sí injurialo de palabra e indícale lo que sucederá.
Pues lo siguiente te voy a decir, y eso quedará cumplido:
un día te ofrecerá el triple de tantos espléndidos regalos
a causa de ese ultraje: tú domínate y haznos caso.>>
En respuesta le dijo Aquiles, el de los pies ligeros:
<<(...) aunque estoy muy irritado en mi ánimo, pues así es mejor.
Al que les obedece, los dioses le oyen de buen grado.>>
Homero, Ilíada, Madrid, Gredos, 2006, págs. 7-8.

lunes, 3 de agosto de 2009

Algo de Historia Contemporánea....


Artículo 18º de la Constitución Española de 1978.

1. Se garantiza el derecho al honor, a la integridad personal y familiar y a la propia imagen.
2, El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.