lunes, 28 de diciembre de 2009

EL SABER HISTÓRICO

Para Julián Marías el hombre se encuentra adscrito a una circunstancia determinada, a un aquí y un ahora en el que le ha tocado vivir. Su historicidad es un modo de cautividad o servidumbre; ser es ser esto y no lo otro, vivir es encontrarse en una circunstancia y hacer en ella determinadas cosas, con exclusión de todas las demás. Pero como en el hombre actúan las demás circunstancias en que ha estado y todo lo que alguna vez le ha pasado y ha hecho, solo cuando esto se conoce se toma plena posesión de sí mismo, se es dueño de sí, y, por consiguiente, libre. El hombre se evade de su historicidad mediante la historia como saber, es decir, afirmándose radicalmente en ella. La historia permite al hombre transmigrar hermenéuticamente de su circunstancia a las demás, y así hacerlas suyas; solo con ella toma íntegra posesión de sí mismo, y sale de la angostura de su circunstancialidad y de las interpretaciones tradicionales recibidas a la realidad misma, allende todas las interpretaciones. Solo con la razón histórica -con razón que es la historia misma- puede el hombre dar razón de sí mismo y proyectar libremente su vida personal, desde su realidad originaria e irreductible. La historia es el órganon de la autenticidad.
[Julián Marías, Introducción a la Filosofía, Madrid, Revista de Occidente, 11ª ed., 1971, pág. 437. Cursivas del autor].