sábado, 18 de enero de 2014

EL CORAZÓN DEL HOMBRE PARA ERICH FROMM


"El corazón del hombre puede endurecerse; puede hacerse inhumano, pero nunca dejará de ser humano. Siempre sigue siendo un corazón de hombre. Todos estamos determinados por el hecho de que hemos nacido humanos, y, en consecuencia, por la tarea interminable de tener que elegir constantemente. Tenemos que elegir los medios juntamente con los fines. No debemos confiar en que nadie nos salve, sino conocer bien el hecho de que las elecciones erróneas nos hacen incapaces de salvarnos. 
En realidad, debemos de adquirir conocimiento para elegir el bien, pero ningún conocimiento nos ayudará si hemos perdido la capacidad de conmovernos con la desgracia de otro ser humano, con la mirada amistosa de otra persona, con el canto de un pájaro, con el verdor del césped. Si el hombre se hace indiferente a la vida, no hay ya ninguna esperanza de que pueda elegir el bien. Entonces, ciertamente su corazón se habrá endurecido tanto, que su vida habrá terminado. Si ocurriera esto a toda la especie humana, la vida de la humanidad se habría extinguido en el momento mismo en que más prometía".  

[Erich Fromm, El corazón de hombre, México, Fondo de Cultura Económica, 4ª reimp. 1974, pág. 179].