jueves, 19 de junio de 2014

DEMOCRACIA GRIEGA E INTELIGENCIA COLECTIVA EN PIERRE LÉVY



"Hemos heredado de los griegos una tipología política que permite responder a la pregunta: ¿quién detenta el poder en la ciudad? Pero ya no se trata más de dar el poder al pueblo, a sus representantes, o a quien sea. Hoy, el problema político ya no es tomar el poder, sino acrecentar las potencias del pueblo, o de grupos humanos cualesquiera. El poder hace perder. Pasaríamos pues del ideal de la democracia (del griego démos pueblo, y kratein, dirigir, mandar) al de la demodinámica (del griego dunamis, fuerza, potencia). La demodinámica requiere una política molecular. Ella surge del ciclo de la escucha, de la expresión, de la evaluación, de la organización, de las conexiones transversales y de la visión emergente. Suscita la regulación en tiempo real, el aprendizaje cooperativo continuo, la valorización óptima de las cualidades humanas y la exaltación de las singularidades. La demodinámica no se refiere a un pueblo soberano, cosificado, fetichizado, enclavado en un territorio, identificado por la tierra o la sangre, sino a un pueblo en potencia, en perpetua vía de conocerse y de hacerse, por alumbramiento, un pueblo en devenir.
(...) ¿Quién es, pues, el Minotauro? ¿Es la bestia espantosa que devoraba a los jóvenes atenienses en el fondo de su oscuro antro? Esta versión del Minotauro es la de los griegos. Pero los griegos polémicos, hijos de Micenas y lectores de la Ilíada no podían comprender a Cnosos, el enigma de una civilización irénica. El Minotauro, el hombre toro, no es otra cosa que el acróbata minoico que ejecuta sobre el toro sagrado peligrosos saltos rituales. El Minotauro, el híbrido hombre-toro, surge en el centro del laberinto, pero se trata del patio central del palacio de Cnosos. Se presenta al aire libre, ligero, gracioso, en el lugar soleado de un ancho pozo de luz.
Los minoicos no fueron vencidos en la guerra. Su cultura se vino abajo luego de una serie de catástrofes naturales y dispersiones que la llevaron lejos de la isla. No se encontró ningún cadáver en los escombros del palacio incendiado. Los griegos se vinieron a implantar en Creta solo después de la decadencia de su civilización original. Teseo matando al Minotauro son los micénicos ocultando la civilización minoica, una civilización artista, técnica, pero sin armas y sin esclavitud. Los griegos polémicos ocultaron la Creta irenica. Bajo el conflicto, la paz. Los griegos escondieron a Minos, lo enterraron profundamente, en el lugar más bajo, ya que hicieron de él el juez de los infiernos. Y bajo el disfraz transparente de Zeus es efectivamente el Toro minoico quien porta a Europa.
El proyecto de la inteligencia colectiva presupone el abandono de la perspectiva del poder. Quiere abrir el vacío central, el pozo de claridad que permite el juego con la alteridad, la quimerización y la complejidad laberíntica. Ahora bien, el palacio de luz, laberinto blanco, huella arquitectónica de una alegría de vivir, de una belleza, de una ligereza soberana, se convierte, a los ojos de la polémica que solo se reconoce a ella misma en todas partes, en el laberinto negro, trampa mortal que abriga a un monstruo devorador de hombres. La leyenda del laberinto manifiesta la incapacidad de hallar la salida pacífica. Tanto en el lejano pasado cretense como en el horizonte del opaco
futuro planetario, la cultura de la potencia y de la paz parece indescifrable. La escritura Lineal B, la escritura de los micénicos en Creta, fue decodificada. Pero todavía no se ha encontrado la clave de la Lineal A, grafía de los minoicos antes de la conquista micénica. El enigma de la paz está aun sellado. Descifremos, pues, la lineal A o, más bien, inventemos la ideografía dinámica, la escritura del porvenir, la sobrelengua de los colectivos inteligentes. En lugar de ampliar las fortalezas del poder, refinemos la arquitectura del ciberespacio, el último laberinto. En cada circuito integrado, en cada chip electrónico se ve y no se sabe leer la cifra secreta, el emblema complicado de la inteligencia colectiva, mensaje irénico disperso al viento".
[Pierre Lévy, Inteligencia colectivapor una antropología del ciberespacio, http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org, págs. 56 y 142].

domingo, 15 de junio de 2014

KARL POPPER Y HOMERO


"Cuando entran en contacto dos o más culturas diferentes, las personas constatan que sus formas y costumbres, que desde antiguo se daban por supuestas, no son naturales, no son las únicas posibles, ni están decretadas por los dioses ni forman parte de la naturaleza humana. Hallaron que su cultura es obra de hombres y de la historia. Se abre así un mundo de posibilidades nuevas: se abren las ventanas y entra aire nuevo. Esta es una suerte de ley sociológica, y es mucho lo que explica. Y sin duda alguna desempeñó un importante papel en la historia de Grecia.
En efecto, uno de los principales temas de Homero en la Ilíada, incluso en la Odisea, es precisamente el tema del choque cultural. Y el choque cultural es por supuesto uno de los temas principales de la Historia de Herodoto. Es muy grande su significación para la civilización griega.
Sin embargo, esta explicación no me satisfacía del todo. Y desde hace mucho tiempo pensé que había que renunciar a ella. Pensaba que un milagro como el milagro ateniense no puede explicarse, y aún pienso así, pienso que no puede explicarse totalmente. Y menos puede explicase por la transcripción de las obras de Homero, aunque sin duda esto tuvo una gran influencia. 
(...) Homero fue nada menos que el primer entretenimiento público. (...) El gran éxito de Homero en Atenas dio lugar a algo como la comercialización de libros: sabemos que se dictaban libros a grupos de esclavos que sabían leer y escribir, quienes los ponían por escrito sobre papiro; estas hojas se reunían en rollos o libros, y se vendían en el mercado en un lugar denominado la orquesta. 
(...) Sugiero pues que la publicación de las obras de Homero fue la primera publicación de la historia, de hecho la invención de la publicación, al menos en la región mediterránea. Esto no sólo convirtió a la obra de Homero en la biblia (biblion) de Atenas; hizo además, de sus libros, el primer instrumento de educación, el primer manual, el primer libro de lectura, la primera novela. La obra de Homero enseñó a leer y escribir a los atenienses.
(...) Por lo tanto, según mi hipótesis la primera publicación en Europa fue la publicación de Homero, y este afortunado hecho estimuló el cariño de los griegos hacia Homero y los héroes homéricos, la cultura popular y la democracia ateniense. Pero creo que hizo aún más. El propio Homero pintó con palabras de forma detallada y realista escenas tan expresivas e interesantes, (...) lo que animó a escultores y pintores a imitarle en sus respectivos medios. (...) De ahí que no pueda negarse la influencia del poder de la lectura sobre las artes. (...) Puedo afirmar así que la influencia cultural del mercado del libro fue inestimable. Sin duda todos los elementos del milagro cultural ateniense estuvieron muy influidos por este mercado".

[Karl Popper, En busca de un mundo mejor, Barcelona, Paidós, 1994, págs. 144-148].